[+18] Everything and nothing [Suleiman]

Bajó del caballo casi de un salto. El aire nocturno soplaba frío, sublevado, agitándole el cabello con descaro. No se necesitaba ser un anciano para saber que sería una noche tormentosa.

Ibrahim regresaba de un viaje encargado por Suleiman, su deber era visitar las provincias cercanas y entregar documentos diplomáticos que debían ser firmados. No debía ser una ruta larga pero los inconvenientes del camino le habían retrasado una semana completa. Con gesto de fastidio hizo atrás los cabellos rebeldes que comenzaban a ocultarle el rostro; las botas y sobre todo las formales ropas le encrespaban. Tomó al caballo de pelo obscuro y ojos cafés por las riendas; le parecía justo atenderlo él mismo ya que el animal lo había llevado en el lomo todos esos kilómetros

-Vamos, estoy seguro que le temes a los truenos tanto como yo- musitó mientras a pasos lentos llegaba al establo. Apenas un par de velas le iluminaron la entrada –Avisar al sultán que he llegado- pidió a uno de los sirvientes que pasaba a un lado suyo, lo hizo con una pequeña sonrisa amable que intentaba ocultar el fastidio.

Cerró la puerta de madera de la jaula del animal. En una mano llevaba un cepillo para caballos y en la otra la montura. Las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer golpeando con ímpetu el techo del establo que apenas con una brisa de aire retumbaba como si fuera el peor torbellino de la historia –Mi señor…- bajó la cabeza en cuanto vio la silueta de Suleiman entrar por la puerta principal, Ibrahim podría reconocerlo aun estuviera todo a obscuras, reconocía el aroma del sultán con facilidad como todo lo que le deleitaba de él.

[i]LLegue al establo en donde estaba Ibrahim, una vez en el vi como me reberenciaba. cada vez que lo miraba me hacia sentir una tranquilidad, y sobre todo mirarlo a los ojos estaba haciendo una reberencia, cuando me hacerco a el y coloco mi mano en su menton y le dijo.
-Ibrahim, mi hermoso ibrahim no hay nadie, como para guardar las apariencias mi madre
fue de viaje y pedi que nesecitaba paz asi que no molestaran..[/i- levantandole, el rostro queria estar con el.

cuando me miro ise lo unico que deseaba, bese sus hermosos labios, y lo abrase estrañaba estar con el, y esa sercania tener su corazon latiendo, junto al mio sentia que en cualquier momento esa felicidad, se podria hacer añicos.

seguia besandolo hasta, que nos falto aire lo quede mirando y le dije- no quiero, que nuestra relacion acabe, pero me da miedo que mi madre me quiera casar- estaba preocupado ya que conociendo a la madre sultana, es capaz de todo incluso casar a su hijo.

espere su respuesta mientras miraba sus hermosos ojos que me enloquecian, por completo.

Le encantaba, le fascinaba y le derretía las piernas sentirse como niño pequeño frente al sultán. Era el único con el que se dejaba enternecer de esa manera. Levantó el rostro y correspondió el beso, conocía los labios de Suleiman en todas sus formas, desde los aborazados labios que le dejaban sin aliento hasta los delicados y tiernos que le rosaban la frente. Siguió el beso reposando las manos en su pecho, dejándose juntar e incluso levantando los talones para respingar las nalgas.

-¿Siempre tendrá que ser asi, no es asi? Aguardando con discreción hasta el momento en el que podemos estar solos- le gustaba el establo, no por su apariencia si no por el ambiente, le recordaba la granja, su adolescencia y el lugar, bendito lugar donde conoció al hombre que lo tenía ahora en brazos. Ibrahim lo amaba, lo amaba profundamente. Con los dedicados dedos le recorrió las mejillas, la barba y las orejas hasta acomodarle un poco el cabello –Aunque te cases seguirás amándome ¿cierto? Seguiremos estando juntos- esbozó una sonrisa enamoradiza

No quería que el sultán desposara a una mujer, el simple hecho de imaginarlo le llenaba de rabia. No quería compartirlo con nadie y mucho menos con una mujer. Quería a Suleiman para él. Había noches que conciliaba el sueño imaginando que los dos huían lejos de todo el porte y las obligaciones para compartir juntos y como fugitivos el amor mutuo.

Me quede perdido, en lo ojos de Ibrahim cuando, el me pregunto si aunque me desposara seguirían las  cosas iguales. Lo acorrale contra la pared de aquel es establo, y le  dije  lo sentía en ese momento.
. ]color=#0099cc]Ibrahim, nadie puede meterse en la cabeza de mi madre y ver  que ara pero  si te puedo  jurar una cosa, que si me caso y aunque  tengo hijos tu seguiras,  siendo la única persona que amo- [/color] comencé a besar  su cuello sentía,  como lo disfrutaba y con la mano libre, baje hasta  su entrepierna, para jugar con  su intimidad mientras lo hacia, pare de besarle el  cuello para  asi decirle.
Ibrahim, quiero protegerte de mi madre- mientras miraba a su amante-  tu tienes una buena amistad con Firial, as  que  mi madre  crea  que son pareja asi dejara  de estar pendiente  de ti y  de mi.- esperando la reacción   de  su amado  sabia que  podría  o   rechazar la  idea  o  aceptarla. Sabia  como era  ya  que se conocían por  tanto  tiempo.
Antes de escuchar la  respuesta, de   su amado le  digo- Ibrahim, prométeme  que  ente  tu y yo no hay  secretos y  menos  traiciones-  esperando la  reacción de  su  amado.

mientra  jugaba  con sus  cabezos, y sus ojos llegaron hasta un  collar que  tenia  ibrahim ,  en el  cuello que   me llamo la  atencion.  era igual a un collar que  tenia   firial.

La fría y húmeda madera se sentía a través de las telas de su espalda. Levanto la mirada con una sonrisa satisfecha, enamorado, perdido en la dulce y grave voz del sultán. No dudó en darle espacio ladeando la cabeza para ofrecerle su cuello como si de una ofrenda se tratara y sabía que no bastaría con esa pequeña parte de su ser.

La sangre comenzó a bajar a su entrepierna, el corazón se le aceleró. Las manos de Ibrahim frías, suaves y deseosas subieron por la nuca del monarca hasta los cabellos enredando los finos dedos entre los lacios cabellos e incluso tiró de ellos suavemente –Aceptaré si me lo ordenas- susurró sobre su labios, provocándolo, exigiendo que se lo cogiera duro. Ibrahim era fiel y obedecía ciegamente a Suleiman, si decía que de esa manera podrían tener más libertad no tendría problema con ello; también estaba seguro de que a Firial no le causaría mayor problema.

Los obscuros ojos del sirviente siguieron las manos del sultán –No se ponga celoso, mi señor. Firial me lo ha regalado en gratitud por ayudarle en algunos asuntos con la sultana- mientras explicaba, le fue desabrochando las ropas a Suleiman.

Comenzaba  a  helar y  la  hermosa noche se hacia notar. Tenia  a Ibrahim a  mi  completa  merced, era algo que  me  encantaba ver  que  era un cachorro entre mis brasos.

senti la voz  de  Ibrahim y  como me  decia que era  capaz,  de  aceptar  cualquier  orden  que viniera de mi,  eso  me agraba  de el  que  era  un servidor  fiel  y que pasara lo que pasara jamas  me  apuñalaria,  por  la espalda.

-Ibrahim,  es la unica opciòn  que  tenemos  hasta ahora  el  estar  con parejas  distintas y  hacer  creer a los   demas  que solo  hay  amistad.-  


Terminar  de  hablar  comence  a  besarle  el  cuello y   pero algo me  llamo la ateciòn que el me  estaba quitando.  los  botones  de  mis  ropas para asi quitarmelas.

deje de besarle  el cuello, y   me  dispuse  a  imitarle   haciendo  lo mismo,  que   el   quitandole  sus  ropas para asi   besar  sus   labios mientras  jugaba con mi mano libre  uno de  sus pesones,  escuchar  sus debiles  gemidos,  me hacia   querer apropiarme  de su  cuerpo  como lo hacia, cada noche  que  pasabamos juntos.

luego de besar sus hermosos  labios,  lo quede  mirando  esos  hermosos., ojos  era los que  me  hipnotizaban  solo  desaba   estar  con el y  con nadie mas.

Aunque..  Hurrem  sea  mi mujer  tu no  desapareceras,  de  mi  corazon
ni de mi  piel,  eres   mi alma gemela  Ibrahim  sin importar que  tu  estes  con Firial  nada
ni nadie   nos  va  separar.


 espere  la respuesta  entre  gadeos,    era  verdad  el seria  mi  unico amor  en esta  vida  y en este  mundo   le  solte  una  hermosa  sonrrisa